sábado, 24 de noviembre de 2012

Época de aceitunas y de nuestro molino


No sólo de crowdfunding vive nuestra Casa de Acogida. En paralelo a la campaña de financiación colectiva se siguen desarrollando multitud de actividades y trabajos cotidianos. Y queremos trasladaros algunos de ellos.

Llegaron las aceitunas de este año, y con ellas la nueva ilusión de abrir el molino para empezar con la molienda. Entonces todos los aromas de la aceituna comienzan a inundar el local, con tantas sensaciones… Sin faltar el pan cateto de pueblo calentito e impregnado de este único zumo de aceituna como Pepe Bravo dijo tantísimas veces.
Amigos y conocidos traen orgullosos su aceituna ecológica seleccionada por ordeño para ser molida, y a cambio dejan en nuestra casa la mitad del aceite que finalmente se extrae. Es un trueque de confianza mutua, en donde todos salimos beneficiados por el fruto del olivo. 
Jesús, es el molinero, quien limpia las aceitunas, las muele, las prensa, limpia los rondeles de esparto… quien en definitiva saca con esmero y cariño ese aceite único que apuesta por el procedimiento artesanal y antiguo, lejos de la centrifugación y de las temperaturas calientes modernas que quieren alcanzar el mayor rendimiento posible en detrimento del valor auténtico del aceite.
Cómo lo hacemos: una vez limpia la, se introduce la aceituna en la torva de carga y poco a poco se va moliendo, para posteriormente batirla durante varias horas y extraer la pasta. Esta pasta se toma, deposita y extiende sobre esteras o capachos, que se van apilando dirigidos por su oficio central mediante un tubo de acero hasta conformar un píe que puede contener unos 120 kg de pasta. Este pie está colocado en una prensa hidráulica en la que mediante la presión necesaria se produce la separación de los líquidos que contienen la pasta, es decir el aceite y el agua vegetal contenido en la aceituna. Éstos resbalándose por los capachos llegan a un gran plato desde donde se evacuan por una salida hasta los depósitos de decantación hasta completar un nuevo ciclo de unas cuatro horas. En estos depósitos de decantación con el tiempo necesario y sin ningún otro proceso, se consigue la separación definitiva del aceite virgen del resto de los líquidos o alpechín. Finalmente se retira el píe de la prensa y de forma manual y mediante sacudida se va soltando la pasta seca de cada uno de los capachos que luego utilizaremos como materia prima para hacer fuego, y calentar nuestro hogar.

¡TODO UN RITUAL DE NUESTRA CASA EN ESTA ÉPOCA DEL AÑO!

viernes, 9 de noviembre de 2012

QUERER ES PODER. Experiencias de algunos voluntarios en nuestra campaña de crowdfunding

Una familia de voluntarios de nuestra Casa de Acogida, que ha colaborado en nuestra campaña de crowdfunding, relata alguna de las experiencias vividas en la preparación del vídeo de dicha campaña y hemos creído muy interesante compartirlas en el blog:

"La campaña que estamos desarrollando para #Artedemismanos (http://goteo.org/project/artedemismanos) me está ayudando a entender cómo las situaciones especiales nos obligan a posicionarnos, y a demostrar nuestra vibración o calor interior. Y cómo ante un mismo estímulo, las respuestas pueden ser tan diversas e incluso contrapuestas. El mejor ejemplo lo he vivido con el que hoy considero un buen amigo, Alberto, aunque hace unas pocas semanas ni le conocía.

Tras preparar toda la documentación de la campaña, los guiones, los dibujos, el story board, el audio...llegó un momento en que había que montarlo todo, y dotarlo de animación y efectos especiales. Y ahí empezó a torcerse todo. Surgieron voluntarios que al poco tiempo desaparecían: algunos por carga de trabajo, otros por imaginar el precio que ese trabajo tendría en el mercado, y otros por puro victimismo respecto a su situación de desempleo y a la necesidad de dar prioridad a sus situaciones personales. Empezamos a angustiarnos y a plantearnos si podríamos acabar la campaña tal y como la habíamos concebido. Pero de repente nos llegó un voluntario a través de hacesfalta.org. Más tarde he sabido que, con creces, su situación personal era mucho más complicada que los anteriores candidatos que habían abandonado: con casi 50 años, en el desempleo, con una situación familiar y económica complicada, había tenido que volver incluso a casa de sus padres. Su estado anímico era el previsible en una situación así, y más aún en una sociedad que, por desgracia, nos valora en función de lo que hagamos o de lo que ganemos.

Él, afortunadamente, ha demostrado que lo realmente importante es lo que SOMOS. Y que QUERER ES PODER. Por muy oscura que sea la situación, y por muy largo que nos parezca el túnel, sin lugar a dudas siempre hay personas que están peor que nosotros. Y podemos quedarnos en nuestro rincón, lamiéndonos las heridas, llorando nuestra desgracia y mirándonos el ombligo, o podemos encauzar esa energía (que puede enquistarse en úlceras, cánceres o depresiones) hacia los demás. Eso es lo que Alberto ha hecho. Y su resultado ha sido espectacular: ha logrado un maravilloso trabajo que está conmoviendo a miles de personas; ha impulsado un proyecto que está ayudando a personas que han vivido situaciones límites y ahora gozan de una segunda oportunidad gracias a actitudes como la suya; y él mismo se ha visto beneficiado. Quizás no en el plano económico o en el del reconocimiento profesional o laboral (¡aún!), pero sí en el de la satisfacción del trabajo bien hecho, el del agradecimiento de decenas de personas hacia su gesto, el de la escapada momentánea de su jaula de desesperación, y el del encuentro con el prójimo, con el que al final formamos UNO.

A pesar de lo emotivo de todo lo vivido con la campaña y cómo va marchando, me consta la enorme preocupación de Alberto por su situación laboral y personal: si la cosa está complicada para los jóvenes, ¡cómo no lo va a estar para una persona de 50 años!, y en un ámbito tan tecnológico como el suyo. Nuestro sistema nos trata como mercancías...Y es sorprendente cómo su edad pueden pesar más que su enorme experiencia, autonomía, capacidad de decisión, e iniciativa. ¡Lo que él ha hecho en una semana, varios jóvenes habrían tardado semanas o meses!

Solemos actuar en clave siempre de contraprestación: "hago esto, para cobrar esto, o para que me den lo otro". Por eso fue tan difícil encontrar un "Alberto". Pero los que actúan como Alberto, acaban teniendo una riqueza interior, que no se mide en ceros en la cuenta corriente, sino en esencia de SER. Y lo terrenal llegará tarde o temprano, ¡sin duda!

Muchas gracias por tu actitud, Alberto, y por la enseñanza que representa para los que la hemos presenciado. Con mucha gente ejerciendo de "Albertos" en sus ámbitos profesionales o familiares, sin duda, nuestro mundo sería un poco mejor."