sábado, 19 de enero de 2013

Cuando la corriente de solidaridad se abre, no hay quien la pare


A veces pienso que la solidaridad no entiende de plazos, ni de esquemas, ni de departamentos estancos. Actúa como un torrente de agua, que por muchos obstáculos que se le pongan delante, acaba encontrando su camino en dirección al mar. Eso es precisamente lo que ha sucedido con nuestra campaña de crowdfunding. Tal y como imaginábamos, no sólo abordábamos con ella la financiación de un deshidratador solar. Abríamos la puerta a que muchos corazones generosos nos conocieran y se reactivasen proyectos de nuestra Casa de Acogida, que esperaban pacientemente su momento desde hace mucho tiempo.
Es curioso: a veces las cosas tienen que esperar años, y luego, de repente como si de un volcán se tratara, comienzan a llegar ayudas, todas destinadas a un mismo fin. Este es el caso del Restaurante Solidario. Es un proyecto que lleva esperando unos quince años, y como de costumbre en nuestra casa, y mientras que llega el momento deseado, cualquier rincón es utilizado como almacén para guardar las cosas que nos iban llegando de donaciones. Nuestro amigo Eduardo, ha sido quien nos está donando todo este material. Realmente si no hubiera sido por esta importante ayuda, la actividad del restaurante seguiría siendo un sueño.
Pero este hecho, como otros muchos que ocurren en nuestra casa, son los que le confieren a nuestro proyecto ese carácter sorprendente y paciente a la vez, porque realmente no sabemos cuándo llegarán esos momentos esperados, pero finalmente llegan, y normalmente lo hacen con una fuerza desbordadora, como es el caso del restaurante al que se suman otros colaboradores en la donación de material eléctrico y material de construcción.  
Ello ha hecho que, junto con los trabajos para el deshidratador, la ilusión y el trabajo sigan "a pleno pulmón" en nuestra casa. Con todas las donaciones y orientación que nos ha dado Eduardo, estamos haciendo algunas obras muy necesarias para conseguir que el proyecto de restaurante sea plenamente viable y genere recursos para acoger cada vez a más personas en situación de exclusión que lo necesiten:
- En el salón comedor, se ha sacado una pequeña habitación que servirá de lavaplatos y desahogo de la cocina. Nos ha venido de perlas algunas donaciones que han llegado a nuestra casa, como ventanas, luces, y algún que otro material de construcción. Además era necesario separar las actividades de cocina y fregado. Así que ya lo hemos conseguido.
- El eucalipto que años atrás cortó el ayuntamiento, y que Pepe Bravo pidió desde el hospital traer a nuestra casa, fue cortado en su día en rodajas (no sin romper varias motosierras por la dureza de la madera…..) y en estos momentos Alberto con infinita paciencia y destreza  ha comenzado a trabajarlos para convertirlos en bonitas mesas y sillas que se ubicarán en la terraza del restaurante.
- También está llegando la maquinaria del restaurante. Francisco Manuel se está encargando de su limpieza, para posteriormente ubicarlas en el lugar preciso para su uso.
Parece algo mágico, este torrente imparable que es la solidaridad.
Más fotos AQUÍ

No hay comentarios: