domingo, 30 de noviembre de 2014

Creo en el amor, creo en la ilusión

Hola soy Nacha, voluntaria de esta casa  y quiero contar la bellísima experiencia que estoy viviendo.
Se podría decir que soy una romántica empedernida; que mi ilusión por la vida es un poco exagerada, y mi creencia en la magia me hace vivir situaciones nunca mejor dicho, situaciones mágicas.
Bueno…. esta es mi forma de vivir, ni mejor ni peor que la de otras personas.  Pero en lo que quiero insistir es en  que vivo el momento en cada momento.
Sólo me dejo llevar por algo que pasa dentro de mí, no puedo explicar qué es…. solo diré que cuando eso me sucede, doy ese paso al vacío, y es ahí donde se presentan esas situaciones mágicas….
Hace unos meses dejándome llevar por esa sensación que siento
dentro sin saber muy bien, ni cómo, ni por qué, aparecí en este bello lugar, la Casa de Acogida de Pepe Bravo.
Extrañada porque no sabía qué pasaba, tenía la sensación de que  era como llegar a casa a mi  propia casa. Fue una sensación mágica porque las personas de la casa me acogieron como si me estuviesen esperando.
Cuando me presenté por mi nombre e insistía en el mismo para que lo recordaran, pareciese como si no tuvieran memoria. No se acordaban de mi nombre, y empezaron a llamarme Estrella. Yo no podía entender, pero no importaba ya digo que vivo el momento por lo tanto solo tenía que disfrutarlo y así fue….pasaban los días y yo me sentía un miembro más de esta familia….pero sin querer en mi mente aparecía esta  pregunta ¿Por qué?... Pero ¿Por qué?
Hoy ya tengo la respuesta……¡¡¡es mágica¡¡¡¡ Es una casa llena de magia. Las personas que viven en ella, son verdaderos Maestros que luchan cada día por superarse a si mismos y dejan volar su imaginación para crear toda clase de obras de Arte.
La magia de la casa también atrae a maravillosas personas con las que compartimos momentos súper especiales y con las cuales sin saber muy bien por qué se crean lazos de hermandad.
Creo que la esencia de la casa y la de los que en ella vivimos es la de abrazar y acoger. Es una casa de puertas abiertas, de corazones y brazos abiertos. Aquí las personas viven el momento. Los trabajadores de la casa son una prolongación de ella, también con corazones y brazos abiertos. Todos los preciosos y maravillosos seres que de una manera o otra forman parte de la casa,  tienen dentro de ellos, como grabado a fuego, esa esencia.
Y  yo me pregunto: ¿cómo puede ser? ¿Cómo tanta gente puede vibrar en esa misma sintonía sin proponérselo? Solo me queda pensar en su creador, en Pepe Bravo. ¿Cuánto amor, ilusión y magia puso en este proyecto? ¿Qué gran corazón y maestría  para mantener viva esa esencia años después de su muerte?
En fin solo me queda decir que estoy viviendo y disfrutando esa magia desde lo más profundo de mi ser y doy gracias a la vida por enseñarme a mirar las cosas desde el corazón.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La integración a través del aceite

En muchísimas ocasiones, personas que han ido viniendo a la casa me han preguntado sobre el funcionamiento de la misma. Pienso que la palabra integración en su más amplio sentido es la que podría definir nuestro funcionamiento e incluso nuestra filosofía o forma de entender la vida.
Y esta integración entre las personas acogidas, los voluntarios y las personas que forman parte de la plantilla de la empresa es la quiero poner de manifiesto a través de esta ventana que vamos a abrir a una de las actividades que en estos momentos estamos desarrollando.
En estos días el molino de aceite tiene un trasiego que nunca antes habíamos visto en esta casa. Con la escasez de lluvias del año pasado las cosechas no han sido muy abundantes, por lo que un grupo importante de productores no ha llegado al mínimo exigible en cooperativas olivareras para moler su aceite; y como alternativa llegan hasta nuestra casa para hacer sus moliendas. Son aceitunas pintas o negras, y al no llover apenas tienen agua, por lo que prácticamente todo es aceite. Esta siendo un regalo compartir todo esto con los que nos traen sus aceitunas ecológicas, tanto el rendimiento que estamos sacando, como la calidad del aceite que estamos moliendo: aceite de flor puro, rarísimo y  muy difícil de encontrar.
Como años anteriores, el aceite extraído se reparte a medias. El cincuenta por ciento sería para quien ha traído su cosecha, y la otra mitad para abastecer nuestra casa. Y como resto residual queda el orujo, único para generar energía, y que dedicaremos para el consumo de estufas y chimeneas.
Y en todo este entramado, de personas que van y vienen, del aroma del aceite recién molido, del trabajo de la prensa que Pepe Bravo ideó, de las botellas que día a día se van llenando, quisiera explicar la integración de todas y cada una de las partes que forman este conjunto:
  • Por un lado llegan amigos y vecinos a traernos sus aceitunas, confiados en las propiedades del aceite que se están llevando, ya que además de la calidad de sus aceitunas ecológicas, se tratan con procedimientos artesanales, que le confiere un sabor y una consistencia inigualable, en una palabra se llevan un producto único. Nosotros les prestamos un servicio, y ellos ayudan al mantenimiento de la casa aportando la mitad del aceite extraído a cambio de la molienda.
  • En cuanto a las personas que colaboran en la molienda, también hay una simbiosis, de manera que continúa esta colaboración entre las partes. Antonio, es el maestro molinero. Él forma parte de la plantilla del centro especial de empleo. Debido a su discapacidad, tiene ciertas limitaciones físicas. Es entonces, cuando en algunas ocasiones  pide ayuda y cuando de forma voluntariosa aparecen Ana Mari o Juan Diego para colaborar en el molino. De esta forma la profesionalidad se ve complementada con la acción voluntaria de jóvenes de la casa, que saben que su implicación en las actividades de la casa es fundamental para el mantenimiento de la misma, o incluso por voluntarios que viene a echar una mano implicándose con responsabilidad en los quehaceres cotidianos.
  • Por último, resaltar los grupos de amigos y conocidos que se sientan a comer en nuestro restaurante solidario, para degustar en los desayunos ese pan recién horneado e impregnado con nuestro aceite, o esas ensaladas aderezadas , o incluso los guisos y salteados recién preparados e inspirados en la cocina tradicional y comarcal. Es todo un regalo apreciar las sonrisas de satisfacción por lo que están saboreando.